Las empresas alimentarias exigen a la Unión Europea la firma del Tratado de Libre Comercio para recobrar el liderazgo perdido>/br>
«Nuestros productos cuestan un 15% más caro en el mercado norteamericano a causa de los aranceles, lo que nos resta competitividad», afirmó ayer el presidente de la Agrupación de Empresas de Alimentación (Agrupal), José García Gómez, momentos antes de la celebración de la asamblea general de la asociación. Tras hacer balance de la actividad del sector en este año, indicó que para 2016 espera que la Unión Europea firme el Tratado de Libre Comercio, «acuerdo que ya debería estar aprobado», y que la Región recupere el liderazgo de su presencia en el país norteamericano, que ahora tienen Chile y Perú.
Las empresas de alimentación han exportado en 2015 productos por valor de mil millones de euros -la mitad de ellos corresponden a frutas y verduras-, un 2% más que en 2014, lo que supone el 20% del total de las ventas regionales no energéticas al exterior. El incremento de las exportaciones se ha visto impulsado por la subida de las ventas de hortalizas en conserva (5%), sobre todo alcachofa, los congelados, y azúcares y golosinas. Al contrario, fueron los jugos y las frutas las que sufrieron un descenso del 6%.
Sánchez: «Es un sector de referencia en la Región»
Otro de los grandes problemas que están sufriendo, sobre todo en el mercado alemán, es la falta de regulación a nivel europeo de la presencia de cloratos en los productos congelados. «Nos están provocando serios problemas y se ha convertido en una barrera sanitaria de aplicación indiscriminada», alertó García. Según la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, el límite máximo en el agua potable es 0,7 mg/kg, mientras que a los alimentos se le exige 0,001 mg/kg (70 veces menos). «Esta fórmula se está utilizando de forma arbitraria por algunos países con fines comerciales y perjudican a los productos regionales».
García criticó las dificultades con las que se encuentran los empresarios para resolver tramitaciones urbanísticas y medioambientales. Pidió una mayor simplificación burocrática a la Administración regional. «Nos hacen que seamos más héroes que emprendedores», dijo. Otra de las reclamaciones es la falta de adecuación de suelo industrial para las empresas del sector, sobre todo en la ciudad de Murcia, donde existen «negocios absorbidos por el crecimiento urbanístico, y a las que hay que buscarles ubicación». En este sentido, recordó el olvidado proyecto de la Ciudad Alimentaria, que quedó paralizado a consecuencia de la crisis. Agrupal tiene la esperanza de que se reabran las negociaciones y que pueda ser una realidad el próximo año.
«La crisis que hemos sufrido ha sido financiera más que de actividad; gracias a este sector los efectos en la Región han sido menos dramáticos, sobre todo laborales», recalcó el representante de los empresarios alimentarios, quien destacó el trabajo que se realiza en el Centro Tecnológico de la Conserva para mejorar la competitividad. La asociación está compuesta por 70 empresas de conservas vegetales y zumos, procesados de carne y pescado, azúcares y confitería, aceites y grasas, especias, lácteos y encurtidos, que dan servicio a más de un centenar de industrias de alimentación.
