El seguimiento a más de 100.000 personas durante un cuarto de siglo muestra que el gluten solo es dañino para los celíacos. Aquellos que, sin la enfermedad, menos consumían cereales con esta proteína no veían mejorada su salud cardiovascular. De hecho, una dieta prolongada libre de gluten, al evitar el consumo de granos integrales, parece perjudicar al corazón.
La celiaquía es un trastorno autoinmune que provoca la inflamación del intestino delgado si se consume gluten, una proteína presente en cereales como el trigo, el centeno o la cebada. Varios estudios han demostrado además que a largo plazo esta enfermedad, que evita la absorción de nutrientes, puede acarrear la aparición de otros problemas, en particular anemia, osteoporosis y de forma destacada enfermedades coronarias. No hay tratamiento, pero seguir una dieta libre de gluten evita todos estos problemas.
Todos estos datos han tenido una consecuencia inesperada: la moda de las dietas sin gluten. La presunción de que la proteína es mala para los celíacos ha sido aprovechada para promocionar una imagen de que seguir una dieta sin esta proteína es más saludable aunque uno no tenga el trastorno autoinmune. Sin embargo, las evidencias se van acumulando. Ahora le ha tocado a su impacto en el corazón.