Etiquetas nutricionales, ¿son mejorables?

Estudios nutricionales indican que el consumo excesivo de grasas saturadas, azúcar o sal tiene efectos perjudiciales sobre la salud. En nuestra dieta se recomienda dar prioridad a los productos de origen vegetal, frescos, no procesados y de temporada. Es importante que estos sean cada vez más saludables, que contengan menos azúcar, menos sal, y menos grasas o si las contienen, que sean grasas de una mayor calidad nutricional.

Las autoridades sanitarias españolas, como las de otros países de nuestro entorno, están tratando de encontrar un método sencillo de ayuda a los consumidores que les permita identificar aquellos alimentos que son más beneficiosos para su salud. Esto se incluye dentro de iniciativas para disminuir la incidencia de la obesidad y enfermedades relacionadas con el consumo elevado de determinados alimentos o constituyentes de los mismos que se sabe son poco saludables.  Para ello, han propuesto adoptar clasificaciones nutricionales de alimentos como la clasificación Nutri-Score. Esta clasifica a los alimentos por letras de la A a la E y por colores que varían de la etiqueta del verde (A) para los de mejor perfil nutricional hasta el rojo (E) que incluye a los de perfil nutricional cuyo consumo es menos recomendable, pasando por el amarillo de forma similar a los colores de un semáforo. Esta clasificación es simple y ayuda de una forma rápida e intuitiva a los consumidores a elegir aquellos alimentos más recomendables, desde el punto de vista nutricional.

Nutri-Score ha sido desarrollado por nutricionistas franceses, y para elaborar esta clasificación se valoran tanto los aportes de componentes que se consideran nutricionalmente positivos (contenido en frutas, frutos secos y verduras, fibras, proteínas y aceite de oliva) como los negativos (calorías, grasas saturadas, azúcares y sal) de los alimentos. Su objetivo es ‘comparar productos de la misma categoría, de forma que la elección más fácil sea, también, la más saludable’.

Nutri-Score es, a priori, una clasificación nutricionalmente adecuada, aunque en aras a la simplificación no tiene en cuenta determinados micronutrientes y otros constituyentes, como la fibra dietética y los compuestos fitoquímicos que son, también, una parte muy relevante de los alimentos y de la dieta mediterránea.

Nutri-Score ha sido ya adoptado en la Unión Europea por Bélgica, Francia, Alemania, Luxemburgo, Holanda, Suiza y España, y podemos encontrar alimentos etiquetados con esta clasificación en productos alimenticios presentes los lineales de nuestros supermercados, aunque no en todos.

Sin embargo, Italia ha acordado que Nutri-Score no se debe utilizar sin las pertinentes advertencias a los consumidores, ya que podría inducir a error en la elección de alimentos al no incentivar al consumidor a hacer una evaluación adecuada para seguir una dieta útil para satisfacer la ingesta diaria de nutrientes necesaria en su caso particular. En este sentido, Italia ha promovido una pregunta parlamentaria al Parlamento Europeo (E-002853/2022) para conocer la posición de la Unión Europea y el papel de la EFSA (European Food Safety Authority) respecto al sistema Nutri-Score, pues entiende que es inadecuado para los consumidores y además perjudica a los productores. La respuesta del Parlamento Europeo descarga a la EFSA de responsabilidad en este tema e indica que la Comisión preparará su propuesta de futuro etiquetado de la Unión sobre propiedades nutritivas, siguiendo un informe publicado por el JRC (Nohlen et al., 2022) en el que se estudia la evidencia científica sobre el esquema de etiquetado nutricional de la parte frontal de los envases de alimentos, que es el sistema que utiliza Nutri-Score.

AESAN ( Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) está apostando claramente por el sistema Nutri-Score promoviendo que ‘Comprando con Nutri-Score es más fácil comer mejor’, indicando que los alimentos etiquetados con D, E, implican altos contenidos en azúcar, sal, grasas saturadas que hay que tomar con precaución debido sus efectos negativos sobre la salud.

Incluir un grupo de alimentos dentro de una categoría determinada sin tener en cuenta sus especificidades nutricionales y el balance del aporte positivo frente al negativo de un producto específico tiene limitaciones, pues puede ‘etiquetar’ a los alimentos de forma incompleta y superficial sin considerar todos los beneficios que puede aportar.

Es necesario mejorar el etiquetado Nutri-Score de forma que los consumidores puedan disponer de mayor información respecto a su composición y también con recomendaciones sobre la dosis recomendada del alimento o su frecuencia de uso (alimento de consumo diario frente a alimentos de consumo ocasional, por ejemplo).

También está disponible la clasificación NOVA. Esta clasifica a los alimentos con números del 1 al 4, que también va del verde al rojo, atendiendo al grado de procesado de los mismos y acuñando el término de alimento ‘ultraprocesado’ para la categoría menos favorable para la salud.  Esta clasificación ha sido desarrollada por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sao Paulo en Brasil y ha recibido muchas críticas. Sin embargo, existen estudios epidemiológicos que asocian los alimentos ‘ultraprocesados’ con un mayor riesgo de desarrollar síndrome metabólico, obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, y cáncer colorrectal, aunque no se asocia con cáncer de mama ni de próstata.

Una publicación reciente (Sánchez-Siles et al., 2022, Trends in Food Science and Technology) pone en entredicho la adjudicación de los tipos de alimentos a diferentes categorías de NOVA atendiendo a su grado de procesado y contenido de aditivos, pues alimentos ultraprocesados según NOVA (ej. barritas de cereales a base de frutas y cereales), tienen una diferente clasificación atendiendo a sus características nutricionales (Nutri-Score), su grado de naturalidad y propiedades saludables aunque estarían incluidos según NOVA en una familia de alimentos no recomendable, lo que indica que hay que mejorar estas clasificaciones para que sean de verdadera utilidad para el consumidor. 

La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha desarrollado la aplicación gratuita para teléfonos móviles OCU Market, para ayudar a los consumidores a elegir entre diferentes opciones comerciales del mismo alimento. Esta incluye la clasificación Nutri-Score y NOVA cuando está disponible para determinados alimentos.

El problema puede surgir al simplificar mediante el empleo de etiquetas de carácter amplio y superficial, pues dependiendo del productor pueden ser muy diferentes. Sería algo similar a las clasificaciones de la ropa por tallas S, M y L, pues dependiendo del fabricante una talla M puede ser la apropiada o resultar pequeña para una persona determinada. Algo parecido puede suceder con los alimentos.

               Está claro que las etiquetas nutricionales disponibles hasta el momento, suponen un buen intento de simplificar y ayudar al consumidor a elegir mejor nutricionalmente, pero tiene todavía imperfecciones que deben de ser corregidas y es seguro que será objeto de discusiones en los próximos años, hasta poder llegar a una herramienta fácil y suficientemente informativa para ayudar de forma eficaz a alimentarnos mejor.

FUENTE: FRANCISCO A. TOMÁS-BARBERÁN

Research Professor at CSIC

Editorial publicado en el Nº 77 Revista CTC Alimentación