Alumnas de Ingeniería en Bionegocios del Tec de Monterrey campus Sinaloa (México) desarrollan un sustituto de plástico económico y funcional a base de la cáscara del mango. Fernanda Quiñonez, Aurora Chaidez y Elizabeth Rivera, estudiantes del Tec de Monterrey campus Sinaloa, desarrollaron un plástico biodegradable hecho a base de cáscara de mango, una alternativa sostenible a los materiales tradicionales.
El proyecto nace a partir de su motivación por combatir el gran daño que causan los residuos plásticos en el medio ambiente y saliendo a la luz en un concurso de emprendimiento del campus.
Las jóvenes declararon sentirse preocupadas al ver el impacto ambiental del plástico, ya que muchas de sus consecuencias no son visibles durante el día a día. Realizar bioplástico nos pareció una forma de hacer un cambio en aquellos que no se encuentran motivados a hacerlo por sí mismos. Ahora, buscarán tener este producto por el simple hecho de ser más barato.