* Industria y ciencia reclaman rigor en la comunicación sobre alimentación

El subdirector general de Estructura de la Cadena Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), José Miguel Herrero ha inaugurado el II Seminario de Periodismo y Alimentación, que bajo el título “La evidencia científica en la comunicación sobre alimentación”, ha organizado esta mañana la Federación Española de la Alimentación y Bebidas (FIAB) junto con el Magrama. El objetivo de este encuentro con los representantes de los medios de comunicación ha sido poner en evidencia la importancia de contextualizar de manera experta y contrastada la información que se ofrece al ciudadano sobre los riesgos o beneficios de los alimentos.

En su intervención, Herrero ha repasado la reglamentación existente en materia de seguridad alimentaria y ha reclamado rigor técnico y analítico en la comunicación alimentaria. Por su parte, el director general de FIAB, Horacio González Alemán, ha ejemplificado con datos la repercusión que tiene una noticia negativa sobre un alimento, ante la cual, “el 39% de los consumidores se plantea dejar de consumir esos productos, y un 40% busca información adicional”. Asimismo, ha pedido responsabilidad en la comunicación, señalando que “al dicho de que somos lo que comemos, yo añadiría que somos lo que se escribe de nosotros”.

Para hablar de “Las claves de la evidencia científica”, ha realizado una brillante intervención Carmen Peláez, jefa del Grupo de Biología Funcional de Bacterias Lácticas del CIAL (CSIC), abundando sobre las claves del tratamiento comunicativo de los estudios científicos, entre las que subrayó la necesidad de contar con fuentes más fiables, rigor de los estudios, análisis y extrapolación de los datos y representatividad de la muestra, entre otros aspectos. En su exposición, ha citado diversos ejemplos de estudios que, sin estar respaldados por evidencias científicas ni estudios experimentales, tienen un gran eco en la sociedad, si van de la mano de prescriptores reconocidos, citando entre otros el éxito del libro “La enzima prodigiosa”, de Hiromi Shinya”. Asimismo ha señalado que “un resultado científico nuevo en investigación sobre alimentación y salud, tiene que basarse en una evidencia científica, que obtendremos mediante estudios in vitro o in vivo”, y ha explicado las ventajas y limitaciones asociadas a cada método analítico.

Carmen Peláez ha citado las publicaciones indexadas como fuentes fidedignas de comunicación científica, pero también ha recordado que “los articulos científicos en revistas no indexadas son cruciales en la divulgación de avances porque tienen una gran repercusión”. Por ello, ha pedido a los medios de comunicación cuidado en el tratamiento informativo, porque “hay informaciones que, aun siendo ciertas, nos pueden llevar a interpretaciones sesgadas o interesadas”El subdirector general de Estructura de la Cadena Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), José Miguel Herrero ha inaugurado el II Seminario de Periodismo y Alimentación, que bajo el título “La evidencia científica en la comunicación sobre alimentación”, ha organizado esta mañana la Federación Española de la Alimentación y Bebidas (FIAB) junto con el Magrama. El objetivo de este encuentro con los representantes de los medios de comunicación ha sido poner en evidencia la importancia de contextualizar de manera experta y contrastada la información que se ofrece al ciudadano sobre los riesgos o beneficios de los alimentos.

En su intervención, Herrero ha repasado la reglamentación existente en materia de seguridad alimentaria y ha reclamado rigor técnico y analítico en la comunicación alimentaria. Por su parte, el director general de FIAB, Horacio González Alemán, ha ejemplificado con datos la repercusión que tiene una noticia negativa sobre un alimento, ante la cual, “el 39% de los consumidores se plantea dejar de consumir esos productos, y un 40% busca información adicional”. Asimismo, ha pedido responsabilidad en la comunicación, señalando que “al dicho de que somos lo que comemos, yo añadiría que somos lo que se escribe de nosotros”.

Para hablar de “Las claves de la evidencia científica”, ha realizado una brillante intervención Carmen Peláez, jefa del Grupo de Biología Funcional de Bacterias Lácticas del CIAL (CSIC), abundando sobre las claves del tratamiento comunicativo de los estudios científicos, entre las que subrayó la necesidad de contar con fuentes más fiables, rigor de los estudios, análisis y extrapolación de los datos y representatividad de la muestra, entre otros aspectos. En su exposición, ha citado diversos ejemplos de estudios que, sin estar respaldados por evidencias científicas ni estudios experimentales, tienen un gran eco en la sociedad, si van de la mano de prescriptores reconocidos, citando entre otros el éxito del libro “La enzima prodigiosa”, de Hiromi Shinya”. Asimismo ha señalado que “un resultado científico nuevo en investigación sobre alimentación y salud, tiene que basarse en una evidencia científica, que obtendremos mediante estudios in vitro o in vivo”, y ha explicado las ventajas y limitaciones asociadas a cada método analítico.

Carmen Peláez ha citado las publicaciones indexadas como fuentes fidedignas de comunicación científica, pero también ha recordado que “los articulos científicos en revistas no indexadas son cruciales en la divulgación de avances porque tienen una gran repercusión”. Por ello, ha pedido a los medios de comunicación cuidado en el tratamiento informativo, porque “hay informaciones que, aun siendo ciertas, nos pueden llevar a interpretaciones sesgadas o interesadas”

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