Científicos nipones han descubierto en las fresas el secreto del helado que no se derrite, un producto que ya se vende en heladerías de Japón y que conserva su forma y su frescor pese al paso del tiempo y su exposición a altas temperaturas.
La clave de la fórmula está en los polifenoles naturales de la fresa, que «tiene la característica de impedir que el aceite y el agua presentes en los helados se separen», explicó hoy a Efe Saki Edamatsu, directora de Comunicación del Centro de Investigación para el Desarrollo de Bioterapia de Kanagawa, propietario de la patente.
Este helado, cuya popularidad se ha extendido como la pólvora a través de las redes sociales, está disponible para el consumo desde abril en tres establecimientos del país asiático: en la ciudad de Kanazawa, al sur de Tokio, de donde partió la iniciativa, en Osaka (oeste) y en el barrio de Harajuku de la capital japonesa.
De textura cremosa, estos helados conservan su forma y no gotean a pesar del paso de los minutos, ya sean una flor, una piruleta o el oso Kumamon, como constató hoy Efe en un día de bochorno y a 30 grados de temperatura.