* La competitividad de la industria alimentaria pasa por una mayor integración

FIAB y Cajamar presentan las conclusiones de su informe sobre el sector

La industria de la alimentación y bebidas se evidencia como uno de los motores de la economía española, con una facturación estimada en 2011 de 80.700 millones de euros, 444.000 empleados, una aportación del 7,6 % al PIB nacional y una balanza comercial positiva de 1.088 millones de euros entre enero-noviembre de 2011 (datos del ICEX). A pesar de todos estos datos favorables, el sector necesita afrontar un proceso que favorezca una mayor integración empresarial con el objetivo de potenciar su competitividad, según concluye el estudio “Competitividad y tamaño en la industria de alimentación y bebidas” presentado el 21 de febrero por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y la Fundación Cajamar.

Según explicó David Uclés Aguilera, director de Estudios Socioeconómicos de la Fundación Cajamar, este informe va más allá de las propias cifras de facturación y empleo del sector, sino que “en un sector sobreatomizado, con más de 30.000 empresas de las que el 96 % son pymes o micro-pymes, queríamos conocer la relación entre competitividad y dimensión empresarial, a través del análisis de tres vectores clave: innovación tecnológica, internacionalización y financiación”. En torno a estos tres ejes, algunas de las conclusiones apuntan a que “la innovación tecnológica es uno de los principales motores para conseguir ventajas competitivas duraderas” y son las empresas de mayor dimensión las que tienen una mayor probabilidad de realizar actividades innovadoras, el 73,7 %, frente a las pymes con un 24,3%, siendo además las primeras, las que disponen de más alternativas a la financiación.

Respecto al vector de internacionalidad, Horacio González Alemán, director general de FIAB, calificó este apartado como “una prioridad de nuestra industria”, y recordó que, desde 2005, el porcentaje de exportaciones sobre la facturación ha pasado del 18% al 24%, y “consideramos que tiene un mayor potencial de crecimiento en el futuro. Para ello, además de una industria con mayor dimensión será fundamental fomentar una mayor coordinación entre instituciones, administraciones y empresas”. Sin embargo, puntualizó que “no se trata de crecer por crecer” y recordó que también hay que saber aprovechar los nichos de mercado en los que hay “varios ejemplos de empresas exitosas, como puede ser en el sector vitivinícola”.

En cuanto al vector de financiación y competitividad, el director general de FIAB recordó que la industria alimentaria “es un valor seguro para la banca, aunque también sufre los problemas generales de acceso a la financiación al igual que el conjunto de la economía”. Sobre esta problemática, apuntó la necesidad de que “además de resolver cuanto antes estos problemas, habría que unir a todos los agentes de la cadena con las pymes facilitando proyectos de colaboración, fusión y adquisición e iniciativas conjuntas que les acompañen de principio a fin”. A este respecto hizo mención de los estímulos fiscales a la integración/colaboración empresarial, a través de la próxima Ley de Emprendedores.

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