El agua supone el elemento indispensable para producir casi todas las formas de energía, y ambos son básicos para garantizar el desarrollo industrial.
La industria de la Alimentación y Bebidas lleva años concienciada de la importancia de mejorar las técnicas para reducir el consumo y mejorar su reutilización en todo el proceso de producción.
El sector agroalimentario gestiona activamente con las administraciones los recursos generados por su actividad económica y desarrolla compromisos con el resto de la cadena alimentaria para reducir el impacto medioambiental.
El consumo de agua representa la piedra angular no sólo para garantizar la vida, sino también para mantener un desarrollo sostenible, permitir el progreso económico y mejorar la seguridad alimentaria. Sin embargo, a medida que la población mundial va en aumento, el riesgo de escasez de agua comienza a ser una de las principales preocupaciones a nivel planetario. Con motivo del Día Mundial del Agua (22 de marzo) FIAB quiere llamar la atención sobre la importancia de contribuir a mejorar la eficiencia del consumo de agua en el proceso productivo de la cadena agroalimentaria.
Aunque el acceso a agua potable es uno de los derechos básicos del ser humano, en la actualidad más de 900 millones de personas no disponen de fuentes mejoradas de agua potable, y las cifras, ya de por sí alarmantes, sumarán alrededor de 2.000 damnificados más en 2050, según datos de las Naciones Unidas. Esto nos sitúa ante una problemática que debe ser afrontada por todos mediante un firme compromiso y cooperación para mejorar la gestión sostenible del agua.