Un equipo científico estudia esta planta, considerada un «superalimento» y que podría ser una herramienta útil para combatir la desertización
Combatir la erosión del suelo y favorecer la producción de alimentos nutritivos para hacer frente a las necesidades de la creciente población mundial son dos de las muchas cualidades que se le atribuyen a la moringa (‘Moringa oleifera’); un árbol originario de la India que cuenta ya en la Región con un observatorio mundial.
La moringa crece en cualquier tipo de suelo y contiene un importante número de proteínas, vitaminas, minerales y antioxidantes. Es un árbol de cultivo alternativo por su rápido crecimiento, optimización y alto contenido nutricional, además de ofrecer un amplio abanico de posibilidades para su uso. Además, es un «superalimento» que se está extendiendo a la gastronomía, sostienen los especialistas. La Universidad de Murcia y la empresa La Colegiala llevarán a cabo una investigación, apadrinada por la Consejería de Desarrollo Económico, para averiguar la composición exacta de esta planta y qué beneficios reales tiene para la salud humana. «Es imprescindible saber si las propiedades de la moringa varían una vez que se incluyen en cualquier tipo de alimento», advierten. De esta manera, la Región se convertirá en un observatorio mundial para el estudio de esta especie agroforestal.
Gaspar Ros, catedrático de Nutrición Humana de la UMU, es el encargado de coordinar este proyecto. En él trabajarán también el catedrático de Botánica de la UMU José María Egea y el profesor asociado Guillermo Domenech. «Esta planta es buena a nivel ecológico y medioambiental, porque es de crecimiento muy rápido y con poco requerimiento de agua. Además, se trata de un cultivo del que se utilizan todas sus partes. Desde la raíz y la corteza hasta la vaina y la semilla. Nosotros queremos estudiarla desde el punto de vista de su calidad nutricional, porque no se han analizado en profundidad las propiedades de la planta de manera sistemática, por lo que hay un vacío. Y no hay que olvidar que la moringa ayuda a proteger de la desertización, ya que en siete días brota», afirma Ros, entusiasmado con el proyecto.