Los albaricoques, atractivos por fuera y por dentro

El albaricoque es el fruto de una rosácea, una familia botánica a la que pertenecen otras frutas comestibles como manzanas, peras, ciruelas, … Su nombre botánico es Prunus armeniaca, en referencia a Armenia, una de las zona donde su presencia es frecuente, y también se conoce como damasco, albérchigo, albergero o chabacano.

Hay constancia de la existencia de albaricoques en China en el año 3000 ac y de la dispersión por Europa fueron responsables en buena medida los romanos en la época del Imperio.

Como el de todas las frutas su consumo es bueno para la salud y si están maduros, son una fruta con un sabor atractivo. El aspecto de las nuevas variedades, con colores anaranjado intenso y cachetes rojos, las hace casi irresistibles. Es una de las primeras frutas en madurar hacia mediados de la primavera, coincidiendo con los nísperos.

Christian Pérez, de Natursan, enfatiza su efecto beneficioso sobre el sistema nervioso y dice que es ideal para los niños ya que, explica, ayuda al crecimiento óseo, el de los tejidos y el del sistema nervioso. Los beneficios sobre el sistema nerviso se extienden también a ayudar al al impuso nervioso.

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