INTRODUCCIÓN
La contribución de la desinfección del agua a la salud pública es un hecho reconocido de suma importancia en el siglo XX, pero también es verdad que la desinfección química ha ocasionado riesgos no deseados pero reales debidos a los subproductos generados al actuar y reaccionar los desinfectantes con determinadas sustancias presentes en el agua sometida a desinfección. Cada uno de los desinfectantes generalmente más empleados, como el cloro, dióxido de cloro, cloraminas y ozono, producen sus propios subproductos (SPD), (DBP en inglés), en el agua potable.
La clase y cantidad de subproductos depende de varios factores como son el tipo de desinfectante u oxidante empleado, cantidad y naturaleza de los precursores presentes en el agua, tiempo de contacto, dosis aplicada, temperatura, pH y concentración de bromuro presente. Esquemáticamente, la formación de subproductos de la desinfección es la siguiente:
Desinfectante + Precursores (Materia orgánica natural + Bromuros) -> Subpr. desinfección
Puesto que el cloro es el agente desinfectante más utilizado, los derivados orgánicos clorados que se generan en la cloración de aguas, principalmente superficiales, han sido los más estudiados. La materia orgánica precursora de los subproductos de la cloración, son esencialmente los ácidos fúlvicos, ácidos húmicos, aminoácidos y nitrofenoles, que dan lugar a diferentes subproductos como los trihalometanos (THM´s), ácidos haloacéticos, haloacetonitrilos, cloropicrina, clorofenoles y cloratos. Todos ellos están siendo muy cuestionados al atribuírseles distintos efectos, todos ellos perjudiciales para el ser humano. Y, además, la presencia de bromuro, que se encuentra en algunas aguas en concentraciones desde menos de 0,1 mg/L hasta sobrepasar 1,0 mg/L, puede alterar de forma importante la concentración de subproductos (THM) bromados, a los que se le atribuye mayores efectos cancerígenos que a sus análogos enteramente clorados.
Si bien es necesario tomar muy seriamente los problemas derivados de los subproductos de la desinfección, la correlación entre estos subproductos y ciertos riesgos para la salud hay que tomarla con prudencia, ya que intervienen otros muchos factores y a veces el hecho de que el agua tenga un elevado contenido en subproductos es una prueba de un mal tratamiento global del agua. Una eficaz coagulación-floculación, filtración y un replanteamiento del punto de aplicación del desinfectante, puede rebajar estos contenidos elevados. No es imprescindible, por tanto, suprimir el cloro como desinfectante, sino someter el agua antes de la cloración al tratamiento más adecuado. De ahí la necesidad de un mayor número de estudios en esta temática.
Artículo publicado por Francisco J. Bermejo . AGROFOOD; Miguel Ayuso . CTNC;Ana Belén Morales. AGROFOOD, en la Revista CTC Alimentación nº 75/2022
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