* puesta en marcha del “Plan Cuídate + 2012”, para promover un menor consumo de grasas y sal y para impulsar hábitos de vida saludables

Nueva acción de comunicación para promover hábitos saludables de vida
La mayoría de la población no tiene conciencia de los riesgos derivados de un consumo excesivo de grasas y sal

En los países europeos, incluida España, se consume más grasa saturada de la necesaria, que según la OMS debe ser menor de un 10% de la ingesta calórica diaria total
El Plan está dirigido a todas aquellas personas que quieran cuidar su salud e incluir en su vida hábitos saludables
La iniciativa incluye una página web con información variada, un registro para unirse al Plan, una “app” para móviles y un usuario de Twitter desde los cuales la AESAN dará a conocer este proyecto y divulgará mensajes saludables

La secretaria general de Sanidad y Consumo y presidenta de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), Pilar Farjas, ha destacado hoy la importancia de reducir el consumo excesivo de grasas y sal en las comidas para prevenir enfermedades no trasmisibles (ENT) o crónicas como la obesidad, diabetes mellitus tipo 2, y problemas cardiovasculares, como la enfermedad isquémica cardiaca y la enfermedad cerebro-vascular, entre otras.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las principales causas de estas ENT están estrechamente relacionadas con la alimentación inadecuada y la falta de actividad física. En concreto son la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la obesidad, el escaso consumo de frutas y verduras y el sedentarismo, además del consumo alcohol. Factores de riesgo que pueden ser modificados a través de medidas sencillas dirigidas a los estilos de vida.

Por otro lado, en 2011 la ONU aprobó una declaración política sobre la Prevención y Control de las Enfermedades No Trasmisibles (ENT), en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas que tuvo lugar en Nueva York. En ella se recalcaba que las ENT, constituyen un problema grave y creciente en todo el mundo, y afectan a millones de personas causando muertes de forma creciente también en la población joven y en edad productiva.

Además de la preocupación existente en términos de salud pública, prevenir la obesidad, la hipertensión y otras enfermedades crónicas es importante para evitar una futura escalada de los costes sanitarios y mantener la viabilidad del Sistema Nacional de Salud.

Por otro lado, se sabe que muchos alimentos contienen grasa en exceso. Un consumo elevado de ellos conduce a incrementar ciertos factores de riesgo, que se podrían reducir con un menor consumo de ellos, sustituyéndolos por productos que han ido reduciendo paulatinamente la grasa en su composición y de los que ya hay una importante oferta en el mercado, así como con un mayor consumo de frutas y verduras. De esta forma, con este cambio de hábitos, el consumidor mantiene una alimentación variada y saludable que le ayuda a disminuir la ingesta calórica y el consumo de grasas saturadas, estrechamente relacionadas con la concentración de colesterol plasmático y ciertas enfermedades cardiovasculares.

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